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Agroindustria y cambio climático

  • Foto del escritor: Ricardo Lozada
    Ricardo Lozada
  • 11 ago 2016
  • 2 Min. de lectura

Calentamiento global, cambio climático, crisis ecológica, destrucción de la biósfera, deforestación, hambrunas, conflictos ambientales, extinción de especies y contaminación, son frases que leemos y escuchamos todos los días en los medios de comunicación, sin embargo son pocos los que hablan de los orígenes y de los factores causantes de esa hecatombe. Si bien no es asunto de éste primer tema, es necesario mencionar que la actual crisis ecológica global tiene sus raíces más profundas en la emergencia de la modernidad capitalista y en los fundamentos filosóficos, discursivos, culturales y políticos que la producen y reproducen.

El individualismo, el antropocentrismo (el ser humano como centro del universo y de la vida), el eurocentrismo (idea de que el centro del mundo es Europa y que el resto de los pueblos deben seguir su ejemplo), la competencia, la separación ser humano-naturaleza, la falacia del desarrollo y del progreso ilimitado y la pretensión humana de conocer, dominar y mercantilizar todos los regalos de la Madre Tierra, son algunas de las causas de la crisis ambiental global.

Para algunos autores la destrucción de la biósfera empezó con la conquista de Abya Yala (nombre que le daban los Kunas a nuestro continente antes de la llegada de los europeos), otros marcan ese inicio en la revolución industrial de finales del siglo XVIII y otros manifiestan que la crisis ecológica global empezó hace 60 años con la expansión del capitalismo a escala global. Desde mi punto de vista todos tienen la razón.

El desarrollo de la agroindustria que empezó con la revolución verde de los años sesenta, marca un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Con el pretexto de aumentar la producción de alimentos para disminuir el hambre, los países industrializados propagaron una nueva manera de cultivar, cosechar, distribuir y consumir los alimentos. Los agroquímicos, el uso de maquinaria, los monocultivos orientados a la exportación y las grandes haciendas fueron impuestos a través de programas de cooperación internacional, bajo el argumento de que la agricultura familiar y campesina no eran productivas ni eficientes y que carecían del conocimiento técnico-científico de los países desarrollados.

El punto de inflexión se explica en que según un informe de Grain (2011) * la agroindustria produce entre el 40 y 50% de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, es la principal causante del cambio climático. La deforestación de selvas para implementar grandes extensiones de monocultivos, la fabricación de insumos agrícolas, el uso de maquinarias movidas por hidrocarburos, la emisión de gases de efecto invernadero proveniente del transporte transnacional y refrigeración de alimentos, el empaquetado y el desperdicio de comida, son algunas de las actividades que contribuyen al calentamiento del planeta.

Para seguir aportando al debate, quiero compartir con ustedes Cowspiracy, un documental que expone una crítica certera al sistema alimentario del capitalismo, especialmente a la industria de la ganadería.

¿Qué sensaciones te dejó el documental? ¿Crees que el vegetarianismo es una solución viable para la crisis ecológica?

* Grain. (2011). El gran robo de lo alimentos. Cómo las corporaciones controlan los alimentos, acaparan las tierras y destruyen el clima. Barcelona: Icaria Editorial.

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© 2016 por UAQUE. Creado por Ricardo Lozada . Estudiante de maestría en Agroecología de la Universidad del Medio Ambiente, México

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