Durante el sexto encuentro de promotores agroecológicos de la Asociación Nacional de Pequeños Productores de Cuba, explotó mi talento como periodista. Sin entrar en detalles sobre la magnífica producción documental y pidiendo benevolencia en sus críticas, los invito a que vean los breves mensajes que muy amablemente enviaron a Uaque y a nuestros amigos de la Asociación Red Agroecológica Campesina - ARAC, ilustres y connotados campesinos del movimiento agroecológico cubano y guatemalteco.
José Luis
Los Tres Hermanos, finca de 5,24 ha y afiliada a la Cooperativa de Crédito y Servicios "Ciro Redondo", conocimos la experiencia de José Luis y su familia. La enseñanza principal se centró en la importancia que tiene impulsar el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en compañía de las familias campesinas. El trabajo mancomunado entre la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, la Universidad de Matanzas, las Cooperativas y las familias agricultoras, ha sido fundamental para innovar prácticas agroecológicas en beneficio de la soberanía alimentaria de Cuba. También aprendimos que la integración y la activa participación de la familia en las labores de la finca y el compartir las experiencias entre vecinos son prácticas agroecológicas transcendentales para motivar, crear y transformar agroecosistemas ecológicos a escala territorial.
Héctor Correa
Héctor Correa, creador del mágico mundo de la finca Coincidencia es un genio de la agroecología. Sus frases están cargadas de una espiritualidad y mística conmovedora, su finca, familia y entorno, destilan amor y felicidad. "Hacer de tu finca el mejor lugar del mundo" ha sido la clave para alcanzar su mayor logro y satisfacción: que sus hijos, esposa, sobrinos y amigos cercanos se enamoraran y se integraran a éste maravilloso proyecto.
Don Felipe Mux
Palabras más, palabras menos, don Felipe, uno de los creadores del movimiento Campesino a Campesino y quien fue el invitado de honor del Encuentro, contó que en la década del 60 ya tenían claro que las "mejores universidades y colegios para los campesinos e indígenas son el campo, la naturaleza y sus fincas. Los agricultores no necesitan ir a una universidad para aprender a cultivar alimentos, no necesitan profesores ni mucho menos técnicos extensionistas que les enseñen a usar químicos y costosas maquinarias cuando ni siquiera han sembrado maíz, calabaza y mandioca...en las universidades enseñan a ver al ser humano como algo separado de la naturaleza, mientras que en el campo uno entiende que somos parte de ella" (Mux, 2017).