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  • Ricardo Andrés Lozada

Algunas reflexiones sobre la presentación de Holger Hieromini en Bogotá: El diseño ecológico regener


Holger Hieromini, reconocido teórico y practicante de la permacultura, realizó el pasado 15 de mayo en Bogotá una estupenda presentación sobre "Diseño Ecológico". Gracias a la naturalidad en la narrativa de sus ideas, experiencias y conocimientos nos mantuvo atentos y entusiasmados durante toda su exposición.

Crisis socioecológica global que llena de entusiasmo

Es cierto que en los últimos 300 años emergió un sistema político económico y cultural que desconoce la complejidad de la vida, los ciclos de la naturaleza y sus límites. Un sistema que discursivamente y ontológicamente inventó la desconexión entre el ser humano y la naturaleza, como si fuéramos entes provenientes de otro planeta. Esa crisis se manifiesta en la degradación de los suelos, la pérdida exponencial de la biodiversidad, la contaminación de acuíferos, el cambio climático, las guerras y la exclusión. Se evidencia también en el paradigma reduccionista y lineal que domina el conocimiento, las ciencias, la tecnología, el sistema educativo y la innovación: aprendemos desde la unidisciplina más no desde la interdisciplina.

Hay enfermedades, suelos y aguas contaminadas, guerras, injusticias y hambrunas. Sin embargo no hay que perder el optimismo y el entusiasmo. El mundo y la vida ya están dando señales de quebranto y las comunidades humanas ya están empezando a construir el camino de la transición hacia modos de vida más solidarios, empáticos y bio-éticos. Hay mucho por hacer y por transformar.

Pico del petróleo y cambio de matriz energética

El petróleo, carbón y gas son fuentes de energía poderosas. Sin lugar a dudas la humanidad nunca había tenido la posibilidad de usar tanta energía para sus medios de vida: transporte, industria, agricultura entre otros. Los cambios en los ecosistemas han sido enormes, grandes ciudades, infraestructuras, megaindustrias y demás han tenido un impacto sin igual en los paisajes de La Tierra. Así como han dado ventajas a la humanidad, también han generado destrucción, enfermedad y muerte. Pese a lo anterior y dejando de lado posiciones ideológicas, la realidad es que el petróleo ya pasó su pico máximo de disposición y explotación. Es un recurso limitado que está sosteniendo una economía capitalista que necesita para su supervivencia, de un crecimiento y expansión ilimitada. Una enorme contradicción ¿Cuál es la solución? Holger, al igual que estudios del tema, aseguró que no es el cambio de una matriz energética a otra. La solución no está en reemplazar las energías fósiles por las energías renovables, ya que estas últimas nunca podrían igualar la capacidad generadora de la gasolina, el diésel o el carbón. Lo anterior no quiere decir que no sea necesario o deseable hacer una transición, pero su validez estaría en reconocer que se necesita mucho más que eso. La solución está en el decrecimiento económico, que significa cambiar los sistemas político-culturales para iniciar un proceso de disminución del consumo a escala local y después global. El agotamiento de la mayor fuente energética disponible en La Tierra implica necesariamente un cambio en los hábitos de consumo, es decir consumir menos, crear modos de vida más austeros, aprovechando lo aprendido durante estos 300 años, pero siendo conscientes de que es posible crear territorios regenerativos bajo otros sistemas económicos.

Diseño ecológico: diálogo de saberes

El diseño ecológico es una acción humana que depende necesariamente de los patrones unificadores de la naturaleza. Holger no lo dijo exactamente así, pero sí hizo énfasis durante toda su presentación en la importancia que tiene el comprender la complejidad del lugar que se quiere diseñar o rediseñar. No es posible hacer un diseño ecológico desde un escritorio, lo más importante es sentir, estudiar y dialogar con el lugar. Entender los patrones, los ciclos y sobretodo conocer la historia ambiental (socioecológica). La clave está en crear espacios de abundancia bajo el principio de la circularidad y del pensamiento sistémico. Comprender que todo se basa en percibir la relación que existe entre energía y materia. Se trata de crear sistemas o economías circulares, tal cual lo hace la naturaleza. En los sistemas naturales todo tiene razón de ser, las formas de las hojas y las patas de las ranas, el color de los hongos y de las serpientes, la melena del tigre y los excrementos del elefante. Es importante conocer el territorio, la inclinación y composición del suelo, la fauna y microfauna presente, el régimen de lluvias y los elementos climatológicos y por supuesto, la flora presente, la nativa y la foránea.

¿Qué hace falta? Conocer las comunidades humanas, pero no solamente desde un enfoque estadístico, sino desde los deseos y los intereses ¿Cuál es tu propósito con éste terreno? ¿Un hotel para hacer dinero? ¿Una finca que garantice la soberanía alimentaria de tu familia? ¿Un espacio de aprendizaje para la comunidad? ¿Un espacio para la meditación? ¿Sembrar aguacates para exportar a Estados Unidos? El tipo de respuestas permiten dilucidar la ética que está detrás de cada proyecto y del futuro diseño ecológico que se logré. Holger fue enfático en lo siguiente: “lo primero que hago antes de recorrer el lugar (finca, vivienda, comunidad, empresa, municipio), es tomarme un café con los protagonistas o interesados en el diseño, con el propósito de comprender la ética que está detrás, sus intereses y motivaciones”. Un diseño ecológico debe ser integral y para esto la bioética que lo mueve es el cimiento fundamental.

Por último Holger aclaró que “la permacultura es la base teórica del diseño ecológico, es decir, nadie hace Permacultura, sino más bien, se diseñan paisajes ecológicos bajo los principios de la permacultura", para contribuir a la creación y re-creación de territorios para la regeneración y no solamente para la sostenibilidad”.

Conclusiones

A lo largo de la conferencia encontré en sus palabras una relación directa entre los patrones unificadores de la naturaleza y su visión de la permacultura y del diseño ecológico. Sin lugar a dudas la clave está en conocer la complejidad del lugar y esto solamente se logra cuando el diseñador o diseñadora se compenetra de manera profunda con el territorio y cuando se estudian sus características físicas, bióticas y socioculturales. La dimensión humana debe incorporar un análisis de la ética que mueve el proyecto, ya que si no se reconocen temas como: la crisis civilizatoria, la separación ontológica y espiritual entre ser humano-naturaleza, la complejidad de la vida y una bioética al actuar, no sería posible emprender dicho proyecto.

Lo fundamental a la hora de crear agroecosistemas biodiversos es interiorizar y reconocer los patrones unificadores de la naturaleza, sus procesos cíclicos, la abundancia y riqueza, los consumos de energía controlados o suficientes, la comprensión de las formas, diseños, comportamientos e interacciones y sobretodo su componente estético. El día que entendamos que la Agri-Cultura es ante todo un arte, ese día empezaremos la transición.

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